Solo para volver a ser humana

Me siento las alas desencajadas en la espalda
Y el cielo se quiere caer sobre mí con su gris plomizo
¡Solo para que no vuele!
Me siento las piernas dormidas
e intento correr hacia la selva
y la tierra se levanta ante mí como un militar gigante
¡Solo para que no luche!
El corazón se me ahoga en el pecho
al mirar las injusticias del mundo
y la sociedad le grita a mi cerebro
que proyecte un sol cegador y momentáneo
¡Solo para que no sienta!
La cabeza me empieza a pesar
viene la indiferencia y le propina
una patada que me deja flotando
¡Solo para que no piense!
Cuando me hallo descompuesta en este no ser y no poder llegan la verdad, la esperanza y la naturaleza y me cosen las alas, me despiertan las piernas, se beben el agua que inundaba mi corazón y me devuelven la cabeza que flotaba inerte e indiferente por el aire ¡Solo para volver a ser humana!

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Sus iris son el telar del universo, charla con la soledad

-Para mí la inspiración es tener dentro arena en lugar de hierro.
Mirábamos el cielo los dos, se vislumbraba como algo lejano e inalcanzable para nuestras alas mutiladas. Aquel día todo parecía un poco roto bajo el sol. Yo le contaba de mi día a día vacío de experiencias y de que se me moría el alma dentro y caía en un vacío inesperado de armónica pasividad. Lo miraba de soslayo y le decía que yo necesito luchar por algo, que quiero una lucha de verdad, gritar sola por la calle, firme, convencida, corriendo contra algo. ¿Contra algo? ¡Corriendo contra todo! Y que solo así me siento viva que para mí la inacción es como una condena.
-¿Y esa lucha que te callas no será contra ti misma?
-Puede ser…
Giré la cabeza y allí estaba su perfil siempre tan inexpresivo, tan sabio, siempre sabiendo todo lo que yo ignoro. Lentamente tornó su rostro de marfil y nuestros ojos se encontraron. ¡Oh, esos ojos sin fondo, tan negros, tan profundos! ¡los hilos de sus iris son el telar del universo!
-Tus ojos me queman..- le reproché con calma, con una voz que parecía brotar del rincón más recóndito del universo.
– Perdóname- dijo él bajando la mirada mientras al tiempo la fijaba en mi pelo y retiraba de su brillo una hebra de tabaco desenredándola con su fina mano.
-¡Tus ojos me queman!- le repetí.

«Parada frente a la sierra mientras el mundo gira»

Si me elevo y veo estas cumbres tan altas, tan inalcanzables,
tan profundas,tan piadosas, tan cálidas, tan duras a la vez

Si me elevo no veo las cumbres, me veo a mí en ellas reflejada,
como una luna de marfil sin alas para poder escapar

En mi pecho late, entonces, el deseo de desvanecerme en forma de viento,
con mirada de águila recorrerlas, escrutar sus rincones,
rozar su piel de piedra a mil kilómetros por hora,
cortarme  con sus cuchillas y no sangrar

Mimetizarme con la roca hasta perder mi esencia y ganar la suya,
gritar con la voz de la montaña y que mi eco alimente su leyenda

Pero estoy lejos, lejos de ellas
lejos mi corazón de su granito
En este balcón la teja fría congela mis pies descalzos
Yo solo deseo reencarnarme en ese aire que acaricia el agua de la laguna,
el reflejo brillante, liso y frío de la luna en ella
¡Qué suerte tiene el viento, testigo de la tormenta y la noche
en el cielo infinitamente oscuro y calmado de la Sierra!