Formidable

Caminaba así, con un suspiro eterno en el brillo de sus pupilas

Como siguiendo una danza coordinada su pelo, su bufanda, su cintura tan breve

Recorrían los andenes de una estación nublada

Ella era maravillosa, ella era de otro mundo

Las comisuras de sus labios tenían un aliento a bohemia

Me daba la impresión de que cada vez que esbozaba una sonrisa

Una orquesta completa de violines melancólicos comenzaba a dar un concierto

En alguna parte del mundo

Ça voulait dire tu es Jolie, la Bohème

La Bohème era ella, así de trágica, de perecedera, de inadvertida

El corazón roto con un golpe seco se le había transformado en una rosa de tinta

Boom! Serena, al ritmo de su pelo efímero

Ella era tan maravillosa

Su misterio, su atmósfera, su cadera bailaba entre los trenes

Tan irrepetible como las lilas de Montmartre

Yo la seguía como un fantasma a caballo, ajena a su alma

Sonaba en mis auriculares: “you are the one for me , for me, for me, formidable”

Imaginé que se giraba y clavaba sus ojos negros y trágicos en mí

Imaginé una carcajada dinamitar en sus labios rojos

Y que cogía mi mano y bailábamos como en Siete Almas

Una danza de despedida inminente

La vi alejarse y entrar en el tren

Cómo posando sus dedos en el cristal acariciaba su hielo

Y lanzaba un beso al horizonte.

No a mí, al horizonte

Sonó el pitido chirriante del tren marchándose

 

Salí a la calle mojada, me escondí bajo mi bufanda de cuadros

Ya no había nubes, starry starry night

Elle était formidable, il était fort minable

Ella era maravillosa, él era un miserable

El que le prendió fuego al corazón para dejarla sola en ese andén extranjero

Miserable, se lio un porro con las cenizas del corazón de ella

Miserable, elle était formidable

Avatar de Ana Apausa Veneros

De Ana Apausa Veneros

Este espacio resiste al tiempo y a los lugares. Es un espacio abierto de poesía y reflexiones es el retrato impresionista, a pinceladas certeras pero caóticas, de una mujer, de una adolescente y de una niña. Hija de sus tiempos, de sus privilegios y opresiones, de su contexto y de su personalidad, hija de su suerte y de su desgracia, de la amistad y de la herida, de sus amores y de sus desamores, de la alegría y de la depresión, de la muerte y de la vida, de la luz y la oscuridad, de pueblos y de barrios habitados, del arte y de la política, de su madre y de su padre. Pero hija sobre todo, de todo lo que hay en medio de cada dos de esas palabras.

1 comentario

Replica a el trepador azul Cancelar la respuesta