Hace un tiempo vi a una niña muerta
El shock fue certero
Me congeló el corazón
Y yo, llorando, me lo llevé en las manos a la playa
Allí, con el sol del mediodía se derritió
Yo le dije adiós despacio,
a mi corazón de agua,
y él me dijo que el mismo mar que lo acunaba
le llevaría a bañar los pies de un padre roto
y los ojos de una abuela triste
al otro lado del Mediterráneo.
Me dijo que le esperara,
a mi corazón de agua transparente
Me dijo que volvería,
que en los días azules de la primavera venidera
me vendría a visitar por el grifo de la cocina
Me dijo, cuando se despedía, que bebiera esa agua,
un poco más transparente que otros días
y que a su tacto el corazón huérfano de mi pecho volvería a latir
y sus latidos, como en morse me darían un mensaje
y me dirían suaves y certeros
que la niña no sobrevivió
pero que yo sí