Pensándome pensándote

Me asusta solo algunas veces


Cuando me tumbo en la cama y me acaricio con los dedos el abdomen despacito


Navegando por mi mundo interior
Y te apareces de repente como un flash en mi frente


pero por dentro


sonriendo como si no fuera contigo


Y siento mi estómago efervescente
Te paseas por aquí tranquilo sin saber el efecto que me causas
Y me quiero reír


Te cuelas, pero no como se cuelan los ladrones o los gatos
Te cuelas entero, completo y real
Tan real
Y me da vértigo de repente
Me visualizo levantándome con las manos en el estómago como cuando duermes y un ruido te asusta


Pero sigo tumbada
¿Cómo has llegado aquí?
Te pregunto, y te miro mirar el mar bañado todo, el mar y tú, en luz dorada oscura de atardecer del sur
Y tu imagen no me contesta, me sonríe de medio lado y se me clavan tus facciones finas en la retina mental


Te observo, la luz que te acaricia el perfil, que prende pequeños fuegos en las puntas de tu pelo, que te baja por el cuello
Te imagino como si fueras parte de una película, y yo sostuviese la cámara y el escenario fuera el interior de mi cabeza
Y fueran arte todos tus gestos de repente
Como en el vídeo de Coez


Y pienso en esa cita que dice «in a room full of art I would still look at you»
y pienso que in a room full of art you would definitely be one more piece of art, no habría que diferenciar entre el resto de arte y tú


Y que aunque mirara los cuadros de alrededor, aunque me perdiera en ellos y te repitiese como el otro día que me flipan, que no tengo palabras, que me conmueven y catapultan, cada vez que vinieras cerca me fascinaría mirándote a ti
exactamente igual

Y me sonrío entonces, me sonrío pensádome pensándote
Y el vértigo se me diluye poco a poco como un té bajando por la laringe, y se tranforma en una balsa un mar en calma, ya no me agita


Se me posa dentro un objeto indefinido, como una pluma pesada y ligera a la vez
Y entonces acepto tu presencia preciosa y dopamínica en mi mente


Te quiero conocer más
cada día,
Te puedes quedar aquí
todavía
Me gusta verte por aquí
En estos encuentros que desconoces
Me gusta verte, aquí dentro y por ahí fuera
Me encanta verte por ahí fuera

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De Ana Apausa Veneros

Este espacio resiste al tiempo y a los lugares. Es un espacio abierto de poesía y reflexiones es el retrato impresionista, a pinceladas certeras pero caóticas, de una mujer, de una adolescente y de una niña. Hija de sus tiempos, de sus privilegios y opresiones, de su contexto y de su personalidad, hija de su suerte y de su desgracia, de la amistad y de la herida, de sus amores y de sus desamores, de la alegría y de la depresión, de la muerte y de la vida, de la luz y la oscuridad, de pueblos y de barrios habitados, del arte y de la política, de su madre y de su padre. Pero hija sobre todo, de todo lo que hay en medio de cada dos de esas palabras.

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