A Sham

En un parque de Dublín, sentada en un banco una tarde de junio de 2016. El ambiente era de lluvia, la madera estaba mojada y el libro que tenía entre las manos se me antojaba inabordable. Giré la cabeza y ahí estaba él, mirándome en silencio, como esperando algo. Lo saludé. Me respondío con tres palabras «can you help?». Dos mundos compartiendo un banco.

Ahí estaba él,

humilde, sabio, roto, joven

Esperando nada

Esperando otro no, otro déjame,

Y una nueva búsqueda.

Los apuntes de inglés descansando sobre sus rodillas

¡Oh, amigo, si tú supieras que tú me diste mucho más de lo que yo te di!

¡Oh, amigo, ojalá pudiera hacer más por ti!

Tenía unos ojos verdes inmensos,

y tristes.

Tenía ojos de hombre viejo

posados en una cara de niño moreno de piel tersa

¡Cuánta muerte albergaban esos ojos, hermanas y hermanos!

¡Cuántos adioses, cuánta sangre, cuánta soledad!

¡Cuánto llanto y sufrimiento guardaban sus ojos de esmeralda!

¡Cuántos kilómetros sus piernas!

¡Cuántas mochilas su espalda!

Otra víctima de conflicto armado, otro niño de la guerra, otro expediente de nombre impronunciable guardado en un cajón

«Solo», me decía

«Menos solo ahora que tú aquí», me decía

La violencia había caminado por su piel,

había dejado sus marcas de cuchillos, de acero y de golpes.

Bajo su pantalón de Adidas se escondía silenciosa la muerte de los Derechos Humanos.

Pero,

él siempre sonreía

Y traía cacahuetes

Y quería aprender la lengua de los culpables

A veces me hablaba de uvas y viñas y del calor de su tierra, y de su padre

A veces me decía que había sido feliz

A veces… Hasta que las uvas se tiñeron de sangre

Y el polvo se tragó sus zapatos, y marcaron sus piernas

Y llegó el tiempo de despedirse

Seis meses antes, a unos cientos de kilómetros

alguien veía cómo el Mediterráneo se tragaba su camiseta favorita

¡Tirad todo o nos hundimos! ¡Tirad todo o nos morimos!

Recordaba verla hundirse

Y ellos son los «afortunados», los que cruzaron la frontera

¡Oh, amigo, si tú supieras que tú me diste mucho más de lo que yo te di!

¡Oh, amigo, si yo pudiera mover más por ti!

Adolescentes perdidos con ojos de anciano

paseando por el parque, a veces ríen por el día

Siempre lloran por la noche

Ojalá que un día cese vuestro lamento nocturno,

ojalá que un día se dejen de repetir las imágenes en vuestra cabeza,

ojalá que un día cambiemos el mundo,

y que la sangre no vuelva a salpicar vuestra viñas

y se quede palpitando en vuestros corazones.

Ojalá que un día no esperéis un ‘no’ al pedir ayuda en un parque europeo

Ojalá que un día te dejen ser feliz, amigo mío

¡Oh, amigo, si tú supieras que me diste mucho más de lo que yo te di!

¡Oh amigo, ojalá pudiera conmover más por ti!

 

Version in English

‘To Sham’

Dublin, in a rainy afternoon of June 2016. Sitting on a bench in the park. A damp atmosphere in the air, the wood was wet and the book I had in my hands felt unapproachable to me. I turned my head and he was there, staring at me in silence, like expecting something. I said hello. He answered three simple words:  can you help? Two worlds sharing the same bench.

There he was,

Modest, wise, broken, young

Expecting nothing

Expecting another ‘no’, another ‘leave me alone’

And a new search.

English notes resting on his knees.

Oh friend! if you only knew you gave me much more than what I gave to you

Oh friend! If I could only do more for you

 

He had immense green eyes

Immense and sad.

He had the eyes of an old man,

placed in a dark-skinned kid’s face.

So much death harboured behind those eyes, brothers and sisters!

So many good-byes, so much blood, so much sorrow!

So much crying and suffering were his emerald eyes keeping!

So many kilometres, his legs!

So many bags, his back!

Another victim of armed conflict, another kid of the war, another file headed with an unpronounceable name  locked in a drawer

 

“Lonely”, he said to me

“Less lonely now you here”, he said to me

Violence had walked on his smooth skin

Leaving its marks of knives, iron and hits

Under his Adidas trousers the death of Human Rights was silently hidden

 

But

He was always smiling

And bringing peanuts

And he wanted to learn the language of the guilty.

Sometimes he told me stories about grapes, and vineyards

And the warmth of his country,

and his dad.

Sometimes, he told me he was happy

Sometimes… Until the grapes turned to blood red,

and the dust inundated his shoes,

and they marked his legs.

 

Six month earlier, some hundreds of kilometres away

someone saw how the Mediterranean sea swallowed his favourite t-shirt,

the one his mum put inside the bag.

He remembered seeing it drown.

 

But they are the «lucky ones»,

the ones who crossed the border.

Oh friend! if you only knew you gave me much more than what I gave to you

Oh friend! If I could only move more for you.

 

Lost teenagers with old-man eyes,

walking in the park sometimes they laugh during the day

they always cry at night.

I wish one day your night-time lament will stop

I wish one day the images in your head will cease

I wish one day we change the world,

And the blood will never splash on your vineyards.

And will stay beating inside your heart.

I wish one day you don’t have to expect a ‘no’ when you ask for help in a European park

I wish one day they let you be happy, my friend

Oh friend! if you only knew you gave me much more than what I gave to you

Oh friend! If I could only change more for you!

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De Ana Apausa Veneros

Este espacio resiste al tiempo y a los lugares. Es un espacio abierto de poesía y reflexiones es el retrato impresionista, a pinceladas certeras pero caóticas, de una mujer, de una adolescente y de una niña. Hija de sus tiempos, de sus privilegios y opresiones, de su contexto y de su personalidad, hija de su suerte y de su desgracia, de la amistad y de la herida, de sus amores y de sus desamores, de la alegría y de la depresión, de la muerte y de la vida, de la luz y la oscuridad, de pueblos y de barrios habitados, del arte y de la política, de su madre y de su padre. Pero hija sobre todo, de todo lo que hay en medio de cada dos de esas palabras.

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